Israel hace oídos sordos a los llamamientos de contención que EE UU y la comunidad internacional lanzan para detener la ola de violencia en la zona. Otro dirigente del grupo radical Hamás en Gaza murió ayer bajo los misiles disparados por helicópteros. Es el tercer ataque de este tipo en los últimos días. El Gobierno de Sharon, en respuesta al atentado suicida del miércoles en Jerusalén, transmitió a su ejército la orden de "aplastar" a Hamás utilizando "todos los medios".
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El automóvil en el que viajaba el líder de Hamás quedó calcinado. Con él murieron su esposa, su hija de tres años y otras cuatro personas que estaban en una mezquita cercana. Además, soldados israelíes mataron a dos activistas de Yihad Islámica en Yenín, poco después de que disparos palestinos acabaran con la vida de un israelí cerca de esa ciudad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de junio de 2003