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Crítica:

"Quiero que hables a todos de mí"

Un libro para mantener viva la memoria de un grupo de mujeres alemanas que luchó con todas sus fuerzas contra Hitler. Fueron artistas, profesionales o amas de casa, políticamente comprometidas o no, judías o mujeres de judíos, de la alta sociedad o de clase obrera, que demostraron que no todo el pueblo alemán miró para otro lado.

Poco antes de su ejecución, Libertas Schulze-Boysen, una joven alemana asesinada por sus actividades antinazis, le escribió a su madre: "Si puedo pedirte una cosa, quiero que hables a todos, a todos, de mí". De entre los casi doce mil (alemanes) ajusticiados en la época de Hitler se encontraban mil cien mujeres, la mayor parte de ellas desconocidas para la opinión pública", escribe Martha Schad en la introducción de Mujeres contra Hitler. De eso trata precisamente este libro, de recordar la memoria de un grupo de mujeres alemanas que se opuso con todas sus fuerzas al nazismo, por su cuenta o en pequeñas organizaciones como La Rosa Blanca. Ya en 1946, la escritora Nora Winkler von Kapp se quejaba del olvido que empezaba a cubrir a esas valerosas personas: "Pero, ¿ya nadie se acuerda de que esa gran pedagoga que fue Von Thadden (...) tuvo que defender su espíritu antidictatorial en el cadalso? (...) ¿Nadie se acuerda tampoco de la viuda del embajador Solf, que junto con su hija ayudó a huir a numerosos perseguidos y que pagaron en los campos de concentración su valor?". Decenas de mujeres no judías ayudaron, incluso con riesgo de su vida, a sus maridos judíos. El caso contrario al de Ernest Jahn sería el de Anne Ullstein, que se encontraba a punto de divorciarse de su marido, Heinz Ullstein, pero que renunció de inmediato en cuanto supo las consecuencias que podría tener para él. De hecho, Anne fue una de las protagonistas del llamado "motín de Rosenstrasse", la poco conocida revuelta de marzo de 1944 en que un grupo de mujeres alemanas no judías se negó en la calle y a gritos a que deportaran a sus maridos judíos y que, increíblemente, consiguió su propósito.

MUJERES CONTRA HITLER

Martha Schad

Traducción de Bernardo Moreno

Península. Barcelona, 2003

289 páginas. 25,80 euros

El anhelo de Schad al recoger la biografía de algunos de estos personajes (entre ellos, Elisabeth von Thadden, Hanna Solf, la aristocrática Constanze Hallgarten o Sophie Scholl, cuyo busto figura desde 2000 en el panteón de alemanes ilustres) es dar respuesta a una pregunta que socavó a muchos alemanes en la posguerra y que resumió la escritora Grete Weil: ¿no había nadie que se levantara contra aquel Estado tan injusto? "Y un buen día me enteré de la historia de Sophie Scholl frente a su interrogador y me dije, no, no todo el pueblo alemán". Es famoso que, interrogada una y otra vez por la Gestapo, Sophie dijo: "Volvería a hacer lo mismo otra vez, pues no soy yo, sino usted, quien está equivocado". La guillotinaron el 22 de febrero de 1942 y en contra de lo que ella creía los estudiantes de Múnich no sólo no se rebelaron, sino que acudieron a un mitin en honor a su delator.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de junio de 2003

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