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ZARAGOZA | PACTOS POSELECTORALES | Los alcaldes de las grandes ciudades se confiesan

"Aumentar el gasto social"

Zaragoza
Después de superar el desafío electoral del 25 de mayo pasado con mayor o menor éxito según los casos, los alcaldes de las siete mayores ciudades de España se enfrentan a un reto mucho mayor: cumplir con las promesas con las que se comprometieron con los votantes. La mayoría de estos objetivos tienen como denominador común abaratar el precio de la vivienda, solucionar los atascos en los centros urbanos y reducir las tasas de delincuencia. Los siete alcaldes de las ciudades más pobladas de España confiesan sus preocupaciones, sus prioridades y la estrategia que han pensado para resolver los problemas. En la antesala de la constitución de los ayuntamientos, que se formalizará hoy, EL PAÍS presenta un resumen de las ideas de los siete alcaldes principales y un balance de sus criterios sobre la situación de Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Zaragoza, Sevilla y Málaga ante los próximos cuatro años, duración de los mandatos municipales. De los siete grandes alcaldes, hay cuatro que deberán contar con la alianza de otro grupo municipal distinto al de su propio partido para asegurarse la estabilidad durante su gobierno. Sólo Madrid (Alberto Ruiz-Gallardón), Valencia (Rita Barberá) y Málaga (Francisco de la Torre) pueden gestionar los presupuestos municipales sin estar pendientes de algún voto de la oposición para sacar sus proyectos adelante.

Juan Alberto Belloch (PSOE) tiene claro cuáles son las tres prioridades de su mandato. La primera es impulsar un proyecto que ideó él mismo: "La Expo del 2008, una oportunidad para convertir a Zaragoza en el centro internacional de interpretación del agua, para recuperar el Ebro y convertirlos en el eje en que se mire la ciudad. Y ahora hay que hacer el máximo esfuerzo de cara a los otros dos competidores, Trieste y Tesalónica". Ahora el alcalde tiene entre sus prioridades entrevistarse con el vicepresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para que apoye el proyecto. Otras de sus prioridades son "aumentar el gasto social" - y eso que está preocupado por el estado de la deuda municipal- y, sobre todo, la organización del tráfico de la ciudad.

Una reorganización que habla del plan de cercanías del 2003 al 2010. "No puede esperar hasta el 2011, y eso implica financiación europea, estatal y autonómica y debería contarse con las empresas privadas que pudieran concurrir al concurso, que deberían sufragar una parte de la instalación a cambio de una concesión del servicio". Un modelo de organización que contempla además la ordenación de esas comunicaciones, aprovechando la llegada del AVE, y recuperar el tranvía

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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de junio de 2003