Las líneas de Metro 3 y 5 comparten trenes, vías y andenes en gran parte de sus respectivos recorridos. Esto lleva a un desgaste importante del material y a confusiones para los usuarios. Un metro, en ciudades como Madrid o Barcelona, se toma por la parada a la que se quiere ir, en un andén diferenciado. En las líneas 3 y 5, no hay diferenciación. El Metro se toma por horario y el cartel luminoso del propio tren. Si se va con prisas, la equivocación es facilísima; por ejemplo, querer ir de la parada de Colón a la de Benimaclet, línea 3, y acabar en Aragón, línea 5. Más que ante un metro, parece que estemos ante un ferrocarril semidirecto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de junio de 2003