El pasado 28 de febrero de 2003 la Conferencia Episcopal Española emitió una nota sobre la comunión de los celíacos, dirigida a sus párrocos y sacerdotes, en la cual informaban que para dar acceso a la eucaristía de las personas celíacas se les permitía tomar la comunión bajo la sola especie del vino, pero excluían la posibilidad de celebrar la eucaristía con formas exentas de gluten, por ejemplo, de maíz.
Como madre de una niña celíaca que en un futuro no muy lejano pasará por una experiencia semejante a la de Lidia (ver artículo del 10 de junio de 2003) y a la de otros muchos niños celíacos, me siento profundamente agraviada por esta situación tan poco "católica" y comprensiva por parte de la Iglesia hacia este colectivo.
En este país, y a día de hoy, se conocen unos 20.000 casos de personas celíacas y me parece una falta de sensibilidad hacia los católicos celíacos además de una total incapacidad de adaptación y cambio en los elementos no esenciales por parte de la Iglesia católica.
Además, no sólo existe el problema de la eucaristía para los celíacos, sino que las personas afectadas por esta enfermedad no pueden ser admitidas como sacerdotes, lo cual me parece mucho más grave, si cabe, ya que están discriminando claramente a estas personas.
A pesar de reconocer que el que se pueda dar la comunión bajo la especie del vino es una ayuda, me parece claramente insuficiente, y no creo que el objetivo de la eucaristía sea tomar la sagrada forma elaborada con un alimento u otro, a mi entender esto es sólo un simbolismo y no un "fraude" e "idolatría" como afirma la Conferencia Episcopal; yo no creo que Jesucristo especificara el día de la última cena que el cuerpo y la sangre de Cristo, el pan y el vino, fueran de una determinada composición.
Creo que el significado de la eucaristía es otro, y, hoy en día, la tendencia de nuestra sociedad es la de avanzar y adaptarnos a las nuevas situaciones que las circunstancias a todos nos exigen, no deja de sorprenderme que la Iglesia católica se manifieste en contra de esta
tendencia con decisiones y actitudes tan discriminatorias como estas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 16 de junio de 2003