Hace ya muchos años -no recuerdo cuántos- en un congreso del PSOE -no recuerdo cuál-fue propuesta y nombrada una comisión encabezada por Carmen García Bloise y Carlos López Riaño para elaborar, discutir y aprobar meses más tarde, en una conferencia extraordinaria, la ponencia de Organización y Estatutos. He militado veinte años en el PSOE y hace nueve que ya no milito; pero en todo este tiempo he creído saber siempre que era inevitable lo sucedido ahora en la Comunidad de Madrid, que tenía que llegar... ¿Quién podía ignorar ya entonces (ni yo) que autorizando las "corrientes de opinión" se autorizaban igualmente las "corrientes organizadas"?
En los estatutos anteriores se prohibían radicalmente estas "corrientes". Quienes no nos tragamos la tal rueda de molino en defensa de la "libertad de opinión" y pretendimos quedar al margen de ser o no ser felipistas o guerristas, leguinistas o acostistas, de izquierda socialista o renovadores y últimamente "por la base"... poco a poco y mucho a mucho nos fuimos quedando solos, como individuos aislados en nuestras agrupaciones, sin perrito que nos ladrase.
Hasta que nos fuimos marchando cansados de nadar en aguas turbias y, sin pretenderlo, dejárselas en las manos a quienes quisieran manosearlas. Moraleja: "de aquellos polvos vinieron estos lodos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 17 de junio de 2003