Granada ha brindado al mundo celebridades universales que debe proteger, reivindicar y mimar. Una de las mayores deudas contraídas por la ciudad es la que aún tiene pendiente con Federico García Lorca. ¿Qué otra ciudad del mundo no hubiese construido ya un gran museo consagrado al poeta y a su mundo? Por todo ello, ahora que se ha recuperado el edificio donde vivió Mariana Pineda como sede del Centro Europeo de Mujeres Mariana Pineda, y que incluso el Parlamento europeo cuenta con una sala que lleva el nombre de esta ilustre granadina, símbolo de libertad, esperemos que el abandono y la desidia no hagan del recién inaugurado centro su morada definitiva.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de junio de 2003