El ex presidente del Gobierno Felipe González atribuyó ayer la crisis de la Comunidad de Madrid a la voluntad de "romper las rodillas" al adversario e impedir que gobierne. Su criterio fue que "hay que respetar la voluntad popular" y evitar que se repitan las elecciones.
Aunque no precisó ninguna propuesta para salir de la crisis, González sugirió la búsqueda de pactos. A estos efectos recordó que antes de los acuerdos para ilegalizar Batasuna se pactó en el Parlamento vasco la manera de no tener en cuenta sus votos. El daño mayor a evitar sería, según él, prescindir de que "la regla básica de la democracia es la aceptabilidad de la derrota".
González también recordó que siendo ya ex presidente actuó como mediador en Yugoslavia después de que el partido de Slobodan Milosevic aceptara que su partido había perdido unas elecciones municipales. Milosevic pretendía repetirlas, explicó, tomando como base ciertos errores y argumentaba que su sistema era tan democrático que repetía las elecciones cuando se producían fallos. "Le dije: 'Espérese, que lo primero es respetar las elecciones", recordó González. Para definir la situación, el ex presidente recurrió a un ejemplo futbolístico. Es difícil aceptar que a un jugador le pongan la zancadilla cuando va a hacer el gol de la victoria, pero se acaba aceptando.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de junio de 2003