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DOBLE CRIMEN EN LA COMANDANCIA DE ALBACETE

¿Roca traidora o Robin Hood?

"Los guardias le llamábamos Robin Hood, porque le quitaba cosas a los mandos y nos las daba a nosotros", decía ayer un subordinado de Peñafiel. Pero otro le contradecía: "En vez de Peñafiel le llamábamos Roca traidora, porque es mentira que favorecía a los guardias básicos". Todos los que le conocieron, no obstante, le consideraban una persona "sensata", aunque "un poco ciclotímica".

Peñafiel, nacido en Almería hace 51 años, "tenía un expediente intachable. El ahora teniente coronel había ascendido a teniente en marzo de 1975 y con ese cargo había estado en Tarragona, Alicante y San Sebastián. Ya en 1981, ascendió a capitán y estuvo en Barcelona, Cádiz y Alicante. Su ascenso a comandante lo condujo a la Escuela de Oficiales de Aranjuez y, después, a la Plana Mayor en Galicia. Como segundo jefe de Baleares conoció a Santiago López Valdivielso en 1996. Al año siguiente ascendió a teniente coronel y fue enviado a la escuela de Valdemoro. Después de estar desde agosto de 2000 a agosto de 2001 en una misión internacional en Guatemala, se creía hombre de confianza del director general.

El senador socialista Juan Barranco, que se reunió con Peñafiel en el Senado en marzo, lo consideraba -así lo dijo en la Cámara Alta- una persona "con un brillante historial, trayectoria inmaculada, sensata, mesurada y equilibrada". Barranco explicaba ayer: "Estaba muy dolido y se veía humillado; su gran preocupación era defender su honor y honestidad". Su imagen era tan buena que cuando fue destituido los líderes sindicales Cándido Méndez y José María Fidalgo pidieron su restitución. Las asociaciones de guardias explicaban ayer que desde que fue relevado "se le veía muy nervioso".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de junio de 2003