Las últimas declaraciones de la señora Aguirre a propósito del incidente de la Asamblea de Madrid me han dejado en un estado de intensa "sospecha".
La señora Aguirre sostiene que si los dos diputados "fugados", que han secuestrado la voluntad del pueblo madrileño, devolvieran sus actas de diputados, mostrando algún rastro de vergüenza, el PSOE quedaría en la sospecha de "haber pagado más". Y yo me pregunto: ¿más que quién?, ¿quiénes han sido los primeros en pagar, señora Aguirre?
No creo que el PP haya corrompido a estos dos individuos, pero lo que es obvio es que es el primer beneficiario, digo el primero porque detrás viene una larga lista de intereses económicos de los que el PP ha demostrado ser ardientes defensor, tanto, que no está dispuesto a aceptar su derrota en las urnas. Al igual que los del PP no pagaron los primeros, estoy convencido de que el PSOE no pagará después, señora Aguirre. No obstante, permítame recordarle que la política en democracia no es, ni debe ser, una carrera en la que uno pueda sonreír y adelantar al contrincante cuando a éste se le tuerce un tobillo, porque lo que está en juego es la ilusión y el deseo explícito de los ciudadanos madrileños de tener un Gobierno progresista. Un deseo que se plasmó en las urnas gracias al alto índice de participación registrado en las pasadas elecciones, unos niveles que el PP sabe que no se volverían a dar en caso de repetirse los comicios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de junio de 2003