La ola de calor y la sobredemanda eléctrica han llevado a la compañía Fecsa-Endesa a cambiar el procedimiento de sus trabajos de mantenimiento y mejora de la red en Barcelona. Desde el pasado viernes, en vez de cortar el suministro a los vecinos durante unas horas, la compañía ha optado por no dejarles sin luz y, en cambio, instalar 20 grupos electrógenos en puntos estratégicos de la ciudad que permiten realizar estos trabajos. Sin embargo, la medida molesta a quienes viven o trabajan cerca de los generadores, que tienen que soportar el ruido y el olor a gasóleo que desprenden.
"Se trata de trabajos rutinarios y hemos preferido instalar los generadores que interrumpir el suministro a los clientes, cuya demanda es superior a la habitual a causa del uso intensivo de aparatos de aire acondicionado", explicó ayer un portavoz de la compañía eléctrica. "Entendemos que es un mal menor y pedimos comprensión porque se trata de una medida excepcional que finalizará cuando pase la ola de calor", añadió el mismo portavoz.
Algunos de estos generadores, que tienen forma de contenedor y alcanzan el tamaño de un camión, están operativos durante 24 horas. Es el caso del que se encuentra instalado en la calle de Viriato, en el barrio de Sants. "Cuando está en funcionamiento genera un ruido insoportable incluso de día y olores molestos e insanos", se quejaba ayer un vecino, Carlos Petrel. Petrel explica que el generador de la calle de Viriato fue puesto en marcha el pasado viernes y operó de forma ininterrumpida hasta el lunes, cuando los vecinos llamaron a la Guardia Urbana y lograron que se mantuviera apagado por las noches. Otros vecinos, sobre todo los comerciantes, se quejan de que la presencia de estas enormes máquinas frente a sus locales les hace perder clientes porque, al verlas, los peatones pasan de largo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de junio de 2003