El sector cerámico no sufrirá el gravamen impuesto por la Unión Europea al consumo de productos energéticos que entrará en vigor a partir del próximo 1 de enero. El resto de industrias españolas, salvo excepciones muy concretas, tendrá que sumar a sus facturas energéticas habituales el porcentaje derivado de la aplicación de una nueva directiva comunitaria sobre fiscalidad energética. La exención del nuevo impuesto supondrá para el conjunto del sector un ahorro de 9,8 millones de euros al año, según las estimaciones de Fernando Diago, presidente de Ascer, la patronal cerámica.
Diago destacó ayer en rueda de prensa que el nuevo gravamen habría redundado en una notable "pérdida de competitividad" para el sector cerámico y celebró el "ahorro" logrado tras años de arduas negociaciones.
Diago relató cómo la exención "se ha logrado tras seis años de denodados esfuerzos" y gracias a la presión ejercida tanto por la patronal española como por la europea, Cérame-Unie, una organización de ámbito comunitario que actúa como voz única de la industria cerámica ante las instituciones de la Unión Europea. Y el resultado de años de negociaciones fue calificado por Diago como "altamente satisfactorio".
La integración del gas
La UE ha incluido a los productores cerámicos entre los escasos sectores exentos del nuevo impuesto debido al uso que las industrias azulejeras hacen del gas. "Hemos convencido a las autoridades de que el gas que utilizamos no es exclusivamente para dar soporte, sino que se integra como parte misma de la transformación de los materiales", explicó Diago. Es decir, que el gas ha sido considerado como una materia prima imprescindible e insustituible para el sector.
Los productores italianos, los primeros competidores del sector cerámico español, ya pagan en la actualidad un impuesto sobre el consumo energético de ámbito estatal. Por esa razón, los fabricantes italianos estaban automáticamente exentos de la nueva tasa comunitaria. Así, la exención arrancada por Ascer para los fabricante españoles garantiza la competitividad en las mismas condiciones que hasta la fecha.
Diago destacó que las autoridades españolas han "ayudado" a encauzar y a dar cobertura a las aspiraciones empresariales del sector cerámico. Pero no cedió el mérito: "Sin nuestro trabajo e insistencia, difícilmente lo hubiéramos conseguido".
El presidente de la patronal cerámica también aludió ayer a la competencia china. Aseguró que, de momento, no se ha planteado abrir ningún expediente a la industria oriental por dinamitar los precios de mercado. Pero enumeró algunos problemas que preocupan a los fabricantes españoles: las falsificaciones y el bajo coste de una producción nutrida con "sangre social", dijo, en referencia a las condiciones laborales de los trabajadores chinos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de junio de 2003