Decía Hitchcock que trabajar con animales y con niños era un mal negocio para un director de cine. Ni el israelí Omri Levy ni el sueco Klaus Härö han tomado nota de las recomendaciones del maestro británico y eligieron dos películas con niños para debutar en el campo del largometraje, las que presentó ayer la sección oficial de Cinema Jove. Miss Entebbe, de Omri Levy, es una especie de cuento para mayores, escenificado por niños, sobre el eterno conflicto entre árabes e israelíes que, en manos de su realizador, no pasa de ser una superficial y agradable comedia de travesuras infantiles en la que, por no molestar, ni se molesta a los palestinos. Por su parte, Elina, som om jag inte fanns, de Klaus Härö, es una película técnicamente bien realizada pero falta de alma, pues detrás de su correcta planificación, su pausado ritmo narrativo y la excelente interpretación de sus actores, en especial la musa de Bergman Bibi Anderson, hay un cine maniqueo, insulso y lleno de tópicos que está más cerca de un imposible episodio de La casa de la pradera sin Michael Landon que de una cinta rigurosa sobre la pérdida del padre, como parecía apuntar al principio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de junio de 2003