Un soldado norteamericano murió y otros dos resultaron heridos hacia el mediodía de ayer al ser atacada por un lanzagranadas la ambulancia militar en la que viajaban. El nuevo ataque contra las fuerzas de EE UU en Irak, que eleva a 43 el número de soldados estadounidenses muertos desde el pasado 1 de mayo en emboscadas o escaramuzas con grupos de resistencia baazista, ocurrió cerca de la localidad de Al Iskandariya, a 40 kilómetros al sur de Bagdad.
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En la misma carretera se produjeron otros dos incidentes, que crearon tanta confusión sobre el lugar exacto del ataque y el número de víctimas como largo era el atasco de tráfico. Primero, a unos 20 kilómetros de la capital iraquí, un camión militar se incendió tras sufrir una avería o, de creer a algunos testigos, fueron unos chavales quienes le prendieron fuego tras ser abandonado por los soldados. No hubo víctimas. Pocos kilómetros más adelante, una compañía de soldados cortó el tráfico en ambas direcciones y al instante un helicóptero ambulancia aterrizó en plena carretera para recoger a un soldado, según aseguraron, enfermo. No había rastro alguno de ataque.
Poco antes del anochecer se produjeron otros dos ataques en la localidad de Falujah, a unos 40 kilómetros al oeste de Bagdad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de junio de 2003