Entre los clientes que recurren a los servicios de las prostitutas en las calles de Madrid predominan los hombres casados con nivel económico medio-alto. Al menos, ésa es la descripción que hacen de ellos las mujeres entrevistadas por los investigadores de la Universidad de Comillas.
El informe no tenía como objetivo estudiar a los clientes. Pero aún así dibuja tres perfiles a partir de los testimonios de las propias meretrices. El primero sería el de los hombres agresivos, no porque sean los más numerosos, sino porque son los que más preocupan a las mujeres. Sus actuaciones van desde la humillación y el impago de los servicios hasta la agresión y, en casos extremos, el asesinato o la violación.
En segundo lugar estarían aquellos clientes con un trato más amigable. Ven a la prostituta como la persona que es y establecen con ella una relación más cercana. A veces llegan a ser un punto de apoyo importante para la mujer.
El tercer grupo de clientes es el de los que que van a lo suyo. Quieren placer y ven en la prostituta un mero instrumento sexual para conseguirlo. Los hay de todas las edades y condiciones. Suelen ser los que más solicitan servicios sin preservativo y tienden a regatear los precios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de junio de 2003