La Sección Tercera de la Audiencia de Guipúzcoa ha condenado a diez años de cárcel al joven al que un jurado declaró culpable de matar a cuchilladas a su padre, médico de profesión, el 12 de mayo de 2000 en Irún, tras mantener con él una discusión sobre aspectos económicos derivados de la separación matrimonial del fallecido.
El fiscal pidió doce años y medio de cárcel por el agravante de parentesco. El juez, sin embargo, le impone la pena mínima de diez años, pues desestima la agravante y tiene en cuenta "las circunstancias personales del acusado (delincuente primario y afectado por una minusvalía en su brazo izquierdo) y del hecho (existencia de una discusión que desemboca en una agresión que, por la violencia, muestra una determinada pérdida de control)". La defensa recurrirá la sentencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de junio de 2003