El francés Georges Coulonges, escritor y autor de famosas canciones de la década de los sesenta, murió a consecuencia de un edema pulmonar el pasado 12 de junio, en su domicilio de Castelnau-Montratier, Lot, al suroeste de Francia. Tenía 80 años.
Nacido el 4 de abril de 1923 en la ciudad francesa de Lacanau, en el seno de una familia modesta, la II Guerra Mundial interrumpió sus estudios de bachillerato y tuvo que marcharse a Burdeos, donde, con sólo 16 años, vivió de pequeños trabajos, sobre todo de escribir cuñas para la radio.
En 1956 se trasladó a París, donde conoció a Patachou, para quien compuso la canción La musique. Un año después firmaba canciones para conocidas figuras de la canción como Tino Rossi, Nana Mouskouri, Annie Cordy, Luis Mariano o Jean Ferrat y Juliette Gréco.
En la canción Potemkine, que escribió para Jean Ferrat a principios de la década de los sesenta, contaba la rebelión de los marineros rusos y fue prohibida por la censura francesa durante el Gobierno de Charles de Gaulle.
También fueron muy conocidas La jeunesse, La fête aux copains -que interpretaba Juliette Gréco- y Paris populi.
Fue un escritor comprometido, un humanista que perteneció al Partido Comunista Francés desde 1964 hasta 1971. Ensayista, novelista y autor de libros para jóvenes, también cosechó un enorme éxito en la televisión con su serie Pause-Café en la década de los ochenta.
El año 1964 publicó su primera novela, Le general et son train, que recibió el Gran Prix de l'Humour, otorgado por la Academia del Humor.
Entre sus obras, varias de ellas galardonadas, figuran La lune papa (1966), Les flammes de la liberté y los cinco volúmenes de Les chemins de nos péres. A su narrativa hay que añadir sus ensayos sobre la canción -La chanson en son temps, La Commune en chantant-; obras de teatro -Zadig-, así como su autobiografía, Ma communale avait raison (1998).-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de junio de 2003