La cúpula del Fondo Monetario Internacional (FMI) decidió ayer dar una señal de confianza al flamante Gobierno de Argentina, encabezado por el presidente Néstor Kirchner, al anunciar que dicho país ha cumplido las metas pactadas en el acuerdo firmado el 24 de enero pasado, bajo la Administración del ex presidente Eduardo Duhalde, y que está dispuesto a prestarle otros 320 millones de dólares (unos 270 millones de euros). Con dicho pacto, el país suramericano consiguió una postergación de pagos de su deuda externa por más de 10.000 millones de dólares, con lo que evitó, in extremis, caer en suspensión de pagos con los organismos multilaterales de crédito.
La aprobación de las metas tuvo, de todos modos, sus bemoles, ya que si bien Argentina cumplió con creces con los topes de inflación y de emisión monetaria, y con el crecimiento mínimo de un 3% del producto interior bruto (PIB) requeridos por el FMI, todavía no ha permitido a las empresas de servicios públicos aumentar sus tarifas y ha postergado, por otros 90 días, las ejecuciones a los deudores hipotecarios, en contra de lo solicitado por el Fondo.
El FMI tuvo en cuenta, por tanto, el cumplimiento de las llamadas "metas económicas", y pasó por alto las metas cuyo cumplimiento implica un mayor contenido político, ya que un aumento de tarifas y la reanudación de las ejecuciones hipotecarias necesitan del acuerdo del Parlamento argentino, un recinto donde los deseos del ministro de Economía, Roberto Lavagna, no siempre encuentran buena recepción.
Esta decisión del Fondo hace posible que Argentina, que había incumplido la última docena de pactos que firmó con el Fondo Monetario, pueda comenzar a negociar un nuevo acuerdo. Una vez más lo necesita con urgencia: las postergaciones de pagos que dispuso el pacto actualmente vigente terminan el próximo 31 de agosto, y el país austral no tiene suficientes recursos para hacer frente a los millonarios pagos que debe efectuar a los organismos de crédito durante el segundo semestre de 2003. La directiva del FMI aprovechó la reunión para revisar sus previsiones sobre la economía argentina, que muestra señales de consistente recuperación. El techo de inflación permitida para un nuevo pacto fue bajado a un 22% (en enero, el FMI había calculado un 35%) y el crecimiento del PIB durante 2003 fue elevado hasta el 4%.
Horst Köhler, director gerente del FMI, señaló en un comunicado que "las elecciones presidenciales fueron la clave para aliviar la incertidumbre" sobre Argentina, aunque advirtió de que "será necesario implementar reformas estructurales para sostener el crecimiento" del país. Köhler viajará el lunes a Buenos Aires, para entrevistarse con Kirchner y saber "cómo piensa logar ese objetivo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de junio de 2003