El juzgado de lo penal número 4 de Girona ha absuelto a H. D., un hombre de 31 años acusado de causar, mientras conducía después de haber ingerido bebidas alcohólicas, la muerte de tres jóvenes y de herir gravemente a otras dos en un accidente de tráfico en noviembre de 1999 en Palamós. La sentencia del juez sustituto Esteve Nabona i Francisco considera que, aunque H. D. dio positivo en el control de alcoholemia, no se puede probar que afectara a su conducción, ya que había estado jugando a los dardos, "una actividad que necesita una cierta precisión". La sentencia condena a H. D. por tres faltas de imprudencia leve a una multa de unos 2.000 euros. El fiscal solicitaba cuatro años de prisión y la retirada del carné de conducir durante seis años.
En el momento del accidente, H. D. superaba el límite permitido de alcohol ingerido -éste se situaba en 0,4 miligramos por litro de aire aspirado y el conductor dio 0,45 miligramos en el test de alcoholemia-. Ahora, el límite está en 0,25 miligramos. A pesar de eso, el fallo considera que
"no se le puede imputar el haber cometido una imprudencia grave" porque, aunque él mismo reconoció que había bebido "tres cervezas pequeñas y dos chupitos", eso no es suficiente para determinar que afectara a su manera de conducir. La sentencia añade que "el acusado manifestó que jugó a los dardos, una actividad que necesita de una cierta precisión", añade que caminó unos 300 metros hasta llegar a su coche y que a su acompañante no le inspiró desconfianza y aceptó ir con él.
Josep Costa, abogado de la familia de una de las fallecidas, Mónica Cercós, de 21 años y quien conducía el vehículo, señaló que la sentencia ha sido recurrida.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de junio de 2003