Es indiscutible que el gran número de motos existentes en Barcelona ayuda a evitar mayores atascos de tráfico, pero ¿justifica este hecho que invadan las aceras? Crucemos los argumentos en pro y en contra: hay unos 250.000 motoristas que se quejan de que tienen seguros muy altos y que el Ayuntamiento esta pensando en poner zonas azules de aparcamiento por afán recaudatorio.
Aparcar la moto en la acera significa que, bastantes, circulan por la misma, entre dos calles, y a cierta velocidad. Según la Guardia Urbana, el 9% de los accidentes se produce encima de las aceras entre motoristas y... peatones. En las calles hay aparcamientos gratuitos para motos y, en algunas zonas, se ven bastantes plazas libres mientras la acera vecina está repleta de motos.
Se ha prohibido a los talleres de motos aparcarlas, ya reparadas, en su acera y lo hacen en la esquina, porque quedan más discretas junto a las otras, formando sólidas barreras ante las que el peatón queda arrinconado.
Habrá que conciliar los diferentes intereses. Para ello habría que prohibir aparcar en algunas aceras, porque invita a circular sobre las mismas, hasta la "plaza de aparcamiento", al ser anchas y "sobrar el espacio" (motorista dixit).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de junio de 2003