Ante el gran acontecimiento cultural que se le avecina a la Cibeles en la noche de este domingo, rogaría a las nuevas autoridades municipales que no mirasen para otro lado y se decidieran a proteger el monumento del grupo de energúmenos que habitualmente la patean y la destrozan.
Ya tienen un estadio para celebrar lo que les plazca sin fastidiar al pueblo de Madrid y destrozar su patrimonio. Te rogamos, óyenos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de junio de 2003