El fuerte calor de las últimas fechas han diezmado la producción de cereales de invierno para esta campaña, según los datos manejados por el sector agrario y la propia Administración. Por segundo año consecutivo, la climatología se ha llevado por delante la posibilidad de una cosecha récord.
Consecuencia de ello, los ingresos de los cerealistas de muchas zonas dependen ahora de un seguro agrario contra el que cada campaña aumentan las críticas por sus bajos niveles de cobertura. Los daños provocados por esta ola de calor que ha asurado las plantas en muchas zonas en la mitad norte y que ha reducido los rendimientos en la zona centro se estiman en unos 220 millones de euros.
Según las previsiones iniciales de almacenistas de cereales y fabricantes de piensos, la producción de cereales de invierno esta campaña, trigo, cebada, avena centeno y triticale, se cifraba en unos 19,5 millones de toneladas, donde destacaban 8 millones de toneladas de trigo, 10,3 millones de toneladas de cebada y un millón de toneladas de avena.
Este volumen fue reducido inicialmente por Agricultura a unos 17,5 millones de toneladas, así como por organizaciones agrarias como Asaja y UPA, para quienes los datos manejados por la iniciativa privada eran falsos y sólo pretendían bajar los precios.
En las provincias andaluzas, el calor ha llegado cuando se estaba recolecctando, por lo que no han supuesto grandes daños. En la zona centro ha supuesto reducir el rendimiento un 30%. Sin embargo, en el Duero, considerado el granero nacional de la cebada, el calor han liquidado superficies de las zonas más secas provocando una situación catastrófica.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de junio de 2003