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EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

Sharon amenaza con nuevos asesinatos selectivos de dirigentes de Hamás

El grupo armado palestino anuncia venganza tras la muerte de su líder en Cisjordania

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, se reafirmó ayer en su política de asesinatos de presuntos terroristas después de que el Ejército acabara con la vida del principal dirigente militar de Hamás en el sur de Cisjordania, Abdala Kauasma. Esta operación, ejecutada por varias unidades encubiertas en el centro de Hebrón, fue condenada por los ministros palestinos, que acusaron a Sharon de sabotear las negociaciones de tregua con organizaciones extremistas. Portavoces de Hamás clamaron venganza por la muerte de Kauasma y anunciaron más atentados, lo que aumentará la ola de violencia.

Hablando ante la reunión semanal del Consejo de Ministros, Sharon se congratuló por el desenlace de la operación, que calificó como "exitosa e importante". A renglón seguido, argumentó que mientras la Autoridad Nacional Palestina "no actúe de la forma más seria contra las organizaciones terroristas, nosotros continuaremos con nuestras actividades para dar seguridad a los ciudadanos israelíes". Aunque sin ahondar en el concepto, mencionó también el difuso término de "bombas contrarreloj", que, según Sharon, define a aquellos presuntos terroristas palestinos que serían susceptibles de ser asesinados como fórmula para prevenir futuros atentados.

Además, el primer ministro aprovechó la reunión del Gabinete para amonestar al titular de Infraestructuras, Yosef Paritzky, que, a su regreso de la reunión del Foro Económico Mundial, celebrada en el mar Muerto, sugirió ante los micrófonos de la radio pública que el Gobierno debería realojar a los colonos de Cisjordania en áreas poco pobladas de Israel, como son Galilea y el desierto del Neguev.

Estas controvertidas declaraciones, que provocaron las iras de otros ministros de la extrema derecha y del Likud, dieron pie a otra polémica afirmación de Sharon, contraria al espíritu y la letra de la Hoja de Ruta, según la cual Israel puede seguir construyendo asentamientos en los territorios ocupados, "pero no debe celebrarlo, sino simplemente construir".

Por su parte, el ministro israelí de Defensa, Saúl Mofaz, uno de los principales impulsores de la política de asesinatos encaminada a descabezar las organizaciones extremistas palestinas, aseguró que "Kauasma constituía una bomba contrarreloj y fue alcanzado cuando estaba sacando un arma". Los servicios de inteligencia lo acusaban de haber orquestado los últimos tres atentados suicidas de envergadura, entre ellos el ocurrido el pasado día 11 en la calle Yafo, de Jerusalén Oeste, que causó 17 muertos y un centenar de heridos.

Fuentes palestinas negaron, en cambio, que este dirigente de la rama militar de Hamás hubiera dispuesto de tiempo para reaccionar. Según explicaron, el tiroteo tuvo lugar tras la súbita aparición de cinco vehículos civiles de los que saltaron agentes de paisano y comenzaron a disparar contra su objetivo, que en esos momentos se apeaba de su coche frente a una mezquita del centro de la ciudad.

Aparentemente, Kauasma falleció en el acto como consecuencia del impacto de varios disparos, tras los que el Ejército articuló un cordón de seguridad para evitar la afluencia de gente e impuso después el toque de queda en toda la zona.

Varios ministros del nuevo Ejecutivo de la ANP acusaron a Sharon de querer torpedear la actual ronda de negociaciones para alcanzar un compromiso de tregua por parte de las organizaciones extremistas. El titular de Asuntos de Gabinete, Yasir Abed Rabbo, declaró que "lo que pretenden estas operaciones es obstaculizar cualquier ápice de éxito en nuestro diálogo para lograr un alto el fuego".

"Acción de sabotaje"

El titular de Cultura, Ziad Abu Amar, que encabeza la delegación que lleva a cabo los contactos -dado su profundo conocimiento de los movimientos islamistas radicales, sobre los que escribió su tesis doctoral en la Universidad de Indiana (EE UU)-, calificó lo ocurrido de "acción de sabotaje contra la posibilidad de que alcancemos un acuerdo entre todas las facciones políticas palestinas".

Hablando ante las cámaras del canal de televisión Al Yazira, el principal portavoz de Hamás en la Franja de Gaza, Abdel Asís Rantisi, advirtió de que "si se derrama sangre palestina también se derramará sangre israelí". Rantisi, quien resultara herido en un intento de asesinato perpetrado con helicópteros el pasado 10 de junio, que a su vez supuso el precedente inmediato del atentado de la calle Yafo, afirmó que "este crimen no pasará sin castigo".

Las palabras de Rantisi se vieron completadas por un comunicado de las Brigadas Izzadin al Qasam, que constituyen la rama militar de Hamás, en el que éstas amenazaron con "una atronadora represalia por este cobarde asesinato, que llevaremos a cabo con la ayuda de Dios".

[Cuatro palestinos murieron anoche en la franja de Gaza a causa de una explosión de origen desconocido, según aseguraron fuentes médicas, informa la agencia Reuters. Varios testigos aseguraron que los fallecidos pertenecen a las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa que habían sido blanco de los disparos de un carro de combate israelí.]

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de junio de 2003