Un total de 24 guardias civiles se quitaron la vida el año pasado, lo que representa un incremento del 75% respecto a 2001, año en que el instituto armado sufrió entre sus filas 14 suicidios. Según la Asociación Independiente de la Guardia Civil (Asigc), este aumento es consecuencia de desórdenes en la vida familiar, los continuos cambios de destino debido a la especialización y ascensos, y a la dificultad de compatibilizar la vida familiar y la profesional. Entre los fallecidos se encuentran 20 guardias de base, un cabo, un sargento, un teniente y un capitán.
Según este sindicato, algunos suicidios tienen su origen en discusiones o desavenencias con la pareja, al no poder planificar su vida privada y familiar debido a irregularidad en los horarios, que se deciden días antes "al arbitrio del jefe de la unidad". "Ello aumenta", añade el sindicato, "la crispación y el estrés que derivan en conductas autodestructivas".
El año pasado pasaron a la reserva activa 1.234 guardias; retirados por edad (65 años) fueron 1.453; retirados por inutilidad 1.383, lo que significa que dejaron de prestar servicio un total de 4.072 miembros del instituto armado. Los ingresos en la Guardia Civil fueron 2.280. Las bajas médicas temporales representan a nivel nacional el 10,31%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de junio de 2003