Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
OPINIÓN DEL LECTOR

Concierto en el desierto

¿Cómo es posible que con las temperaturas que hay que soportar estos días en la ciudad de Madrid se permita realizar un concierto en La Peineta desde las 17.00 del día 22 hasta las 1.15 del día 23 de junio con restricciones de agua?

Miles de adolescentes se dirigían ilusionados la tarde del domingo a las 17.00 hacia el recinto de La Peineta, que se sitúa en medio de la nada, para asistir al concierto de Metallica, entre ellos mi sobrino y un amigo que habían venido desde Zaragoza para asistir al evento.

Yo sabía que iban a pasar mucho calor, por eso insistí en que se llevaran dos botellas de agua; pero aun así, mi sorpresa fue espectacular cuando fuimos a buscarles a la 1.15 del lunes día 23.

Salían grises y con los labios blancos;, en un principio pensé mal y creí que habrían bebido algo de alcohol, pero no fue así, salían totalmente sobrios; eso sí, deshidratados.

Lo primero que me preguntaron fue: "¿Llevas algo de agua?". Yo no llevaba en el coche nada y tuvimos que esperar media hora más hasta llegar a casa para que acabaran con el agua de la nevera y con el que emana de los grifos.

Me contaron que no había agua en el estadio, que la que vendían se agotó en muy poco tiempo, y que cuando ellos sacaban las dos botellas que yo les había preparado, de medio litro cada una, los asistentes de alrededor les miraban con ojos asesinos. Y, ya se pueden imaginar, ¿qué se hace con medio litro de agua para más de ocho horas de la tarde del domingo 22 de junio en Madrid?

El importe de las entradas para este concierto es de 46 euros: ¿no sería posible que con ese dinero se entregara a cada persona que entra en La Peineta una botella grande de agua? ¿Y que se facilitara posteriormente, a los que así lo necesitaran, un poco más?

Tan sólo estamos pidiendo agua en España en el siglo XXI, para que nuestros hijos, sobrinos o amigos no desfallezcan por ir a escuchar a sus grupos preferidos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de junio de 2003