El pasado sábado 21 de junio, Chillida Leku ofreció el espectáculo Solsticio a las 9.30 de la noche.
Entramos puntualmente, hasta las 11 de la noche no hubo nada, paseamos por sus jardines y visitamos el museo que era una sauna y para lo que no habíamos ido por haber estado ya varias veces.
El espectáculo que duró 30 minutos, consistió en danza-gimnasia de cinco jóvenes sobre una lona que echaron al suelo. La gente, algunos con muchos años, nos tuvimos que sentar en la hierba mojada por el relente de la noche, a pesar del caluroso día.
Por todo eso nos cobraron 8 euros (1.331 pesetas). Los Museos Vaticanos, Capilla Sixtina incluída, cuestan 1.161 pesetas. Por ese precio, ¿no podían haber puesto unas sillas plegables?
Por muy Chillida que sea, el público merece un respeto. Aún siendo gratis me hubiese sentido timada por la espera y lo exiguo del espectáculo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de junio de 2003