César Luis Menotti, el entrenador de la selección argentina que hace 25 años se consagró campeona en el Mundial 78, opina que en esa ocasión armó un "equipo invencible en el que todos sus integrantes jugaban bien". Según el ex técnico del Barcelona y el Atlético de Madrid, "era el equipo del pueblo y el que sentó las bases para que la selección fuera respetada y tuviera mejor organización". Así se expresó ayer Menotti en varios diarios de Buenos Aires con motivo del aniversario de la obtención del torneo.
Aquel Mundial se disputó en Argentina en medio de una cruenta dictadura militar (1976-1983) y fue el primero que ganó la selección albiceleste en su historia tras una final ante Holanda que se decidió en la prórroga con una victoria de los locales por 3-1.
"Con ese equipo me permití cumplir el sueño de todo entrenador: el poder deleitar a los hinchas, los propios y los extraños", dice Menotti, de 64 años y actualmente sin equipo. "Me daba placer ver jugar a un conjunto que basaba su funcionamiento en la técnica de unos jugadores increíblemente capaces". Aunque aclara que la obtención de ese título no cambió su vida porque, como todo trofeo, se trató de "algo efímero", destaca que "esa selección defendía un estilo, una identidad y nadie podía decir que no era argentina".
Antes de ser designado seleccionador nacional en 1974, Menotti sólo había ganado un torneo de Liga con el Huracán, y dejó la selección tras la disputa del Mundial de España 82, en el que los albicelestes fueron eliminados en la segunda ronda.
Sobre la etapa de la dictadura militar comenta: "Mi relación era con el fútbol, no con el Proceso", en referencia al Proceso de Reorganización Nacional, como llamaban los militares a la dictadura argentina. Incluso recuerda: "Hasta me quisieron echar por mis ideas contrarias al régimen. No quiero minimizar la dictadura, pero lo que no quiero es que saquemos las cosas de contexto", señala sobre los crímenes y las violaciones a los derechos humanos cometidos en aquella época. "Como ciudadano lo viví mal y todos los que formamos parte de ese plantel tenemos la conciencia tranquila", añade.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de junio de 2003