Un nuevo asesinato frustrado de un líder de Hamás en Gaza por helicópteros israelíes hizo ayer tambalearse las negociaciones entre el primer ministro palestino, Abu Mazen, y los dirigentes de Hamás y Yihad Islámica en búsqueda de una tregua. El ataque se produjo en un momento muy delicado, cuando las conversaciones parecían hallarse en la recta final y se preparaba el anuncio inminente de un alto el fuego. El presidente de EE UU, George W. Bush, pidió ayer a los líderes de la UE que corten la financiación de los grupos radicales palestinos.
El incidente bélico se produjo a primera hora de la tarde, cuando dos helicópteros de combate lanzaron una ráfaga de misiles sobre dos vehículos que circulaban por el término municipal de Abasam, al oeste del campo de refugiados de Jan Yunes, al sur de la franja de Gaza. El objetivo era un dirigente local de Hamás, que, según los servicios de inteligencia israelí, se dirigía hacia un promontorio cercano para lanzar sobre un asentamiento judío misiles de fabricación casera Kassam 2, como los que horas antes se habían estado lanzando sobre la ciudad israelí de Sderot.
La operación militar israelí se saldó con un nuevo fracaso, ya que el dirigente de Hamás resultó sólo herido en una pierna, logrando salvar la vida, mientras que dos civiles palestinos, una mujer de 20 años y un hombre de 30, resultaron muertos. Otras 16 personas, en su mayoría viandantes, sufrieron heridas leves. [Horas más tarde dos palestinos murieron por disparos del Ejército israelí en Gaza, informa Reuters. Según fuentes oficiales israelíes se trataba de militantes de Hamás.]
El atentado se producía mientras en un lugar secreto de El Cairo se encontraban reunidos los máximos dirigentes en el exilio de las organizaciones fundamentalistas de Hamás y Yihad Islámica con emisarios del primer ministro Abu Mazen, en un intento de llegar a un acuerdo sobre la tregua. Los reunidos trabajan desde hace días sobre un principio de acuerdo firmado por los fundamentalistas en Damasco y secundado asimismo por el líder de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, Marwan Barghouti, actualmente encarcelado en las prisiones israelíes. En las negociaciones participa una vez más el general Omar Suleiman, jefe de los servicios secretos egipcios, que en los últimos años ha desempeñado, por encargo del presidente Hosni Mubarak, numerosas misiones de mediación entre la Autoridad Palestina y los grupos fundamentalistas.
El documento base de trabajo incluye una declaración de tregua de tres meses, que entraría en vigor 48 horas después de anunciarse oficialmente. Pero los grupos radicales palestinos, para declarar el alto el fuego, reclaman como condición previa el compromiso de los israelíes de que cesen en sus ataques selectivos contra los dirigentes de la Intifada y dejen de efectuar incursiones en los territorios ocupados. Asimismo el documento reclama la libertad de los presos palestinos arrestados durante los 32 meses de Intifada.
El atentado de ayer suscitó las críticas de los dirigentes de Hamás en Gaza, quienes aseguraron que ello tendría un "impacto negativo" sobre las negociaciones en búsqueda de la tregua. Las mismas fuentes negaron con firmeza una oleada de rumores que dieron por hecho el acuerdo de Hamás y Yihad a favor de un alto el fuego.
Desde Washington, el presidente de EE UU, George W. Bush, que había convertido la cumbre con la Unión Europea en un alegato contra Hamás, recibió la información sobre una supuesta tregua con el mayor de los escepticismos: "Hasta que no lo vea, no me lo creeré", dijo el presidente de EE UU.
Oportunidad para la paz
Según Bush, el auténtico examen a las organizaciones terroristas es "el desmantelamiento de sus redes. Una cosa es un acuerdo verbal, pero para que haya paz en Oriente Próximo tenemos que ver cómo se desmantelan organizaciones como Hamás. Sólo entonces habrá una oportunidad para la paz".
De hecho, la cumbre con la Unión Europea se centró en la lucha contra el terrorismo internacional y particularmente en la necesidad de que los europeos, según EE UU, sean más estrictos con organizaciones como Hamás. Bush exigió a los enviados de la Unión Europea, el presidente de la Comisión, Romano Prodi, y el primer ministro griego y presidente de turno, Costas Simitis, que hagan lo posible para "secar las fuentes de financiación y los apoyos" de Hamás.
La Casa Blanca incluye siempre a Hamás en su listado de organizaciones terroristas internacionales y Bush siempre la menciona como el mayor obstáculo para la paz en Oriente Próximo. En cambio, algunos países europeos sólo condenan las acciones del brazo militar de Hamás, pero consideran que sus dirigentes políticos deben participar en el proceso de paz si se pretende conseguir que sea duradero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de junio de 2003