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CARTAS AL DIRECTOR

¿Qué pasa con el 'Prestige'?

Ah, ¿pero eso ocurrió alguna vez o fue una pesadilla? ¿Y qué pasa con el problema?

Que sepamos todos, el barco sigue hundido y de él sigue saliendo petróleo, puede que en "hilillos" o puede que a chorros, quién sabe. Pero ¿dónde está la solución?, ¿qué se va a hacer con el Prestige? Y lo más importante, ¿cuándo?

Pero en este país parece que lo único importante es que las playas estén limpias para la campaña turística. Pues nada, a seguir limpiando playas.

La limpieza de imagen del litoral es impresionante: mientras tú estás sentado en la playa, estás rodeado de operarios que limpian a tu alrededor. La playa parece limpia, pero, si escarbas, encuentras petróleo. ¡Eureka!, tenemos pozos petrolíferos en nuestras propias playas. ¿Para qué ir a Irak?

Pero que dirás si el agua está cristalina, ya, pero fíjate un poco, ¿ves aquello negro?; sí, justo ahí en el fondo; sí, con forma de pelota, pues eso, eso es... ¡no!, petróleo, ¡pero no puede ser, si lo limpiamos todo!

En algún momento ese petróleo llegará a la playa y entonces ya será un problema, porque puede reducir la afluencia de turistas, claro, la única preocupación, nuestra principal industria.

¿Y la pesca?, ¿qué pasa con las costeras? La del bocarte fue un desastre, y parece que la del bonito puede ir por el mismo camino, pero ¡qué más da! Si podemos indemnizar a los pescadores y callarles, sigamos comprando votos como en las repúblicas bananeras y dejemos que nuestros mares sigan convirtiéndose en un cementerio.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de junio de 2003