Fiat, primer grupo industrial italiano, presentó ayer un nuevo plan de reestructuración para salvar la crisis que atraviesa. El plan prevé el cierre de 12 fábricas y el despido de 12.300 trabajadores, el 6,6% de su plantilla que asciende a 186.492 empleados en todo el mundo, tras los 8.100 empleados despedidos el pasado año. El plan será financiado con una ampliación de capital de 1.842 millones de euros. Los dirigentes del grupo, que deben renegociar con los bancos, confían en recortar 3.100 millones en gastos, para cerrar sin pérdidas el próximo ejercicio, y volver a beneficios en 2006.
Pese a la acogida favorable de la patronal italiana, y al optimismo de Umberto Agnelli, presidente del grupo, la reestructuración ha tropezado con la cautela de los bancos acreedores, con los que Fiat quiere renegociar el préstamo de 3.000 millones concedido en 2002, y de los que pretende financiación adicional.
Puede que las palabras de Giuseppe Morchio, consejero delegado de Fiat, que calificó el plan de "realista y prudente", estén justificadas, igual que la premonición de Agnelli, que aseguró a los presentes: "Tenemos todas las posibilidades para salir de la crisis", pero el juicio que ha merecido por parte de los gurus internacionales es poco alentador. El diario The Financial Times, lo rechazó con contundencia en vísperas de su presentación porque "no resuelve los problemas de fondo". Y Giorgio Cremaschi, líder de la Fiom, el principal sindicato italiano del metal, estima que fracasará porque se trata del "cuarto plan industrial en tres años presentado por el cuarto equipo dirigente del grupo".
La reestructuración del grupo tiene un objetivo prioritario, reducir las pérdidas, que el año pasado alcanzaron 3.900 millones de euros, con el consiguiente aumento de la deuda total, que asciende a 11.200 millones de euros. Para ello, Morchio ha decidido usar las tijeras a fondo. Además de los 12.300 despidos (9.500 en el extranjero y 2.800 en Italia) y el cierre de 12 centros, fundamentalmente en las plantas de Iveco y CNH del extranjero, la intención del grupo es racionalizar costes suprimiendo oficinas y directivos medios, hasta adelgazar al máximo la gestión del holding. De esta forma se espera ahorrar hasta 3.100 millones de euros en los próximos tres años.
Morchio se negó a especificar qué fábricas se verán más afectadas por los despidos, e insistió en que irán compensados con 5.400 nuevas contrataciones en ámbitos comerciales. En España, el grupo cuenta con 5.900 empleados, de los que 3.030 están en Iveco Pegaso. CNH, segundo mayor fabricante de tractores del mundo, está radicado en EE UU, mientras Iveco tiene fábricas en todo el mundo. El año pasado el grupo Fiat despidió a cerca de 8.100 trabajadores, en su mayoría empleados en las plantas de Fiat Auto en Italia, donde emplea a 88.353 trabajadores.
Morchio aseguró que el grupo apostará por la innovación, con el lanzamiento de nuevos modelos por parte de Fiat Auto, hasta el punto de destinar el 5% de la facturación a este capítulo. En total, en los próximos tres años se invertirán 19.500 millones de euros en nuevos productos, reforzamiento de las redes comerciales, costes de reestructuración, e investigación y desarrollo. La inversión será autofinanciada, gracias a los ingresos por las últimas ventas (Toro, Fiat Avio) y a nuevas aportaciones de capital.
Bancos acreedores
Los bancos acreedores, que han aceptado garantizar el nuevo aumento de capital, por valor de 1.842 millones de euros, a partir de la segunda quincena de julio, parecen reticentes, sin embargo, a las peticiones del grupo que reclama hasta 2.000 millones de euros en nuevos préstamos y la posibilidad de revisar las condiciones del préstamo efectuado el verano pasado, por valor de 3.000 millones de euros. Morchio se mostró cauto ayer a la hora de analizar esta cuestión: "Estamos abiertos a revisar el préstamo", dijo, "sin renunciar a la protección de nuestros accionistas". En cuanto a la posibilidad de una entrada de Mediobanca (accionista de Fiat) en el grupo de bancos prestamistas, se limitó a señalar: "Veremos al final".
Morchio señaló que las cuentas de Fiat serán nuevamente negativas este año, pero menos que en 2002, y se mostró confiado en los beneficios que la colaboración con General Motors, cada vez más estrecha, pueda reportar al grupo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de junio de 2003