Hace 12 años que vengo denunciando los terrorismos urbanos legales que se cometen en este barrio de la Virgen del Puerto. Abren y cierran calles y aceras sin unos objetivos que los ciudadanos veamos claros. También se talan árboles a medianoche para plantar gasolineras. Cinco grandes acacias en las que yo había pintado SOS, 13 de febrero de 1977, fotografía publicada por EL PAÍS el 17 de ese mismo mes.
Pues a propósito de gasolinas y conducción de gas peligrosamente juntos, este mes de junio de 2003 están abriendo una zanja en esta acera de Virgen del Puerto de Gas Natural, en la que pone en carteles grandes: "Renovación de la red".
Pero enfrente, donde la gasolinera y la conducción de gas, Virgen del Puerto esquina a la calle Segovia, están abriendo otra zanja, al lado de la ya existente, pegadita a los 60.000 litros de gasolina, en la que, en letra pequeña, dice "acometida particular".
Al preguntar a todos los que me rodean, molestos porque hago fotos, qué significa "acometida particular", dicen que es para un vivero, Vivero Castilla, que hay cerca. La contratista es Aberdeen. Luego dirán que es otro "error humano" si pasa todo lo que puede pasar. Espero que la nueva alcaldía termine con esta cultura de topos que nos está dejando sin árboles y sin pasado, y en peligro de volar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de junio de 2003