La organización feminista holandesa Mujeres sobre las Olas salió ayer finalmente a aguas internacionales con el buque Langenort desde el puerto báltico de Wladyslawowo. Les acompañaban a bordo alrededor de quince mujeres polacas, a las que, una vez fuera de las aguas territoriales, se les facilitará la píldora abortiva que el colectivo está autorizado para recetar en dichas condiciones durante las seis primeras semanas y media de gestación.
El viaje se realizó después de que la policía contuviera a un grupo de simpatizantes de la Liga de las Familias Polacas, que lanzaron huevos y piedras contra el buque, algo que habían hecho más veces mientras el barco ha estado atracado. También fue abonada una multa de 2.600 euros impuesta por las autoridades portuarias porque el Langenort había entrado en el muelle el domingo sin permiso.
"Está siendo una experiencia muy distinta a la de Irlanda en 2001, nuestro primer destino. Allí tuvimos problemas legales. Si bien podíamos recetar la píldora abortiva, hubo mucho revuelo político y preferimos dejarlo estar. En Polonia hay grupos antiabortistas muy agresivos y también gente que nos apoya con igual ímpetu", dijo ayer Rebecca Gomperts, ginecóloga holandesa fundadora de Mujeres sobre las Olas.
"Hemos tenido que mudarnos a una zona del puerto más resguardada para esquivar a los manifestantes contrarios a nuestra presencia en Polonia. Seguimos en un dique con acceso al público, pero cuando regrese el barco esta noche espero que les sea más difícil a los violentos intimidarnos", señaló.
En Polonia la píldora abortiva está prohibida y la interrupción del embarazo sólo se permite cuando peligra la vida de la madre o la del hijo, o bien si la gestación es el resultado de una violación. Ejecutar o colaborar en un aborto ilegal puede penalizarse hasta con tres años de cárcel. En Irlanda el aborto es legal si la vida de la madre está en peligro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de junio de 2003