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CARTAS AL DIRECTOR

Racismo

Hoy han estado a punto de atropellar a una joven ecuatoriana y a mis dos hijos, a los que llevaba desde el colegio a casa. Al energúmeno que ha estado a punto de atropellarla no le pareció suficiente el susto que propinó a los tres y decidió, aunque parezca mentira, bajarse del vehículo a insultarla (con insultos racistas) y pegarle con todas sus fuerzas un cabezazo. Este valiente energúmeno se despidió recordándole a esta chica que no merecía la pena que llamara a la policía porque siendo una inmigrante ilegal no tenía posibilidades de denunciarle. Lo que el energúmeno no sabe (pronto lo sabrá) es que esta chica ecuatoriana tiene todos sus papeles en regla, tiene permiso de trabajo, contrato de trabajo y yo mismo pago la Seguridad Social todos los meses. La denuncia ya está puesta. Pensar que existen energúmenos como éste es muy triste, pero qué será de las personas que sufriendo casos parecidos ni siquiera tengan la posibilidad de denunciar al agresor por no tener papeles.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de junio de 2003