Se hacen llamar La escuela de la vida -Daara J en su idioma wolof- y rapean palabras como paz, amor y armonía. Están muy lejos de la violencia verbal y gestual de muchos colegas estadounidenses. Dakar no es Los Ángeles. Faada Freddy saca una guitarra acústica y planta su voz angelical en una balada afroamericana muy al gusto francés: la une a No woman no cry, en el que la ciudad Trenchtown del original se convierte en Senegal.
En Boomrang, tercer disco de los raperos senegaleses, mandan mensajes contra la explotación de los africanos (Babylone) y el individualismo a ultranza (Bopp sa bopp). Sus rimas no sólo denuncian los efectos perversos de la globalización, también las taras de la sociedad tradicional. Se inspiran en todas las músicas negras y en los últimos años esta corriente ha probado su vitalidad y su identidad con los pioneros Positive Black Soul y bandas como Pee Froiss, Domou Jolof, Bideew Bou Bess, Rap'Adio o Sunu Flavor. Entre sus virtudes:mostrar otra África.
Daara J
Lord Aladji Man, Ndongo D y Faada Freddy (cantantes) y Sonny Sorensen (DJ). Suristán. Madrid, 27 de junio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de junio de 2003