EE UU ha endurecido su normativa sobre trasplantes tras revisar los fallos ocurridos en el caso de Jésica Santillán. Esta joven de 17 años falleció en febrero en Carolina del Norte después de recibir un corazón y dos pulmones incompatibles con su grupo sanguíneo. La agencia de trasplantes de EE UU obligó el viernes a revisar el grupo sanguíneo del donante y del receptor dos veces y por personal médico distinto, tanto en el hospital en el que se extrae el órgano como en el del receptor.
Santillán fue trasplantada el 7 de febrero. Antes de terminar la operación, dio muestras de rechazo. La sangre del donante era del grupo A. La de Jésica, del O. El 20 de febrero volvió a ser trasplantada. Esta vez tres médicos comprobaron que la sangre era del mismo tipo, pero Santillán falleció dos días después.
Un comité creado para estudiar las normas de seguridad ha concluido que, aunque existían controles para evitar el trasplante de órganos incompatibles, era necesario reforzar la comunicación entre el hospital del donante y del receptor. Además, señala que no podrán ser trasplantados pacientes que no estén en una lista de su sistema informático, en el que figurará su grupo sanguíneo. En España, la norma obliga a controlar en el hospital del donante y en el del receptor que los órganos son compatibles.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de junio de 2003