Kepa Junkera, el más ilustre intérprete de trikitixa que ha dado Bilbao, acaba de cumplir 38 años. Desde 1983, el autor de discos como Bilbao 00:00h. o Maren no ha parado. Ahora, para conmemorar y recapitular estas dos décadas en la carretera, se ha decidido a publicar el doble álbum K, lujosamente impreso y grabado en vivo en el teatro Arriaga de Bilbao.
No muchos años atrás, casi ningún aficionado de lejos de Euskadi estaba familiarizado con el acordeón diatónico vasco, el instrumento que el niño Kepa vio retorcerse entre las manos de su madre y su aitite. Los primeros discos de Junkera para el sello donostiarra Elkar y sus colaboraciones con el albokari Ibon Koteron o el portugués Júlio Pereira le proporcionaron cierta reputación, pero nada comparable con el fenómeno de Bilbao 00:00h. (1998), un doble álbum que rozó los 100.000 ejemplares vendidos. De pronto, la trikitixa servía como punto de encuentro para colaboradores de medio mundo, desde los canadienses de La Bottine Souriante a los suecos Hedningarna, la portuguesa Dulce Pontes o el malgache Justin Vali.
Tras prolongar su buena racha con Maren (2001), Junkera ve llegado el momento de cerrar una etapa. "Me gusta pensar en K como una plasmación definitiva de los viajes y experiencias en esta época de mi vida", argumenta. "El disco de Bilbao sirvió para sacudirme los complejos. Ahora he querido reafirmarme. He sido una persona muy tímida e introvertida a la que la música en directo le ha servido para coger fuerza, para pensar: 'Esperad, que ahora vais a ver de lo que soy capaz".
Novedades
A lo largo de sus 19 cortes, K repasa toda la discografía del bilbaíno y aporta dos novedades, Herrik shaw y Sunne, el nombre de su segunda hija ("es una localidad sueca; no significa nada, pero me gustó cómo sonaba"). Junkera defiende la necesidad de reivindicar la experiencia. "Me siento particularmente orgulloso de haber tocado en bodas y romerías, o de haber consumido muchos kilómetros en furgoneta. Esas vivencias enriquecen como persona y como músico. Algunos pretenden ahora llegar a toda prisa a lo más alto, pero esos milagros no existen", reflexiona.
Durante el próximo festival de Vitoria, este vecino del barrio de Rekalde ampliará su ya extenso catálogo de colaboraciones. La experiencia será en esta ocasión junto al guitarrista estadounidense de jazz Pat Metheny, que recreará con él cuatro de las composiciones incluidas en K: Oliene, Bok espok, Herrik shaw y Odolaren boza.
"La gente del folk nos equivocamos, hace unos años, al pensar que esta música atravesaba un periodo de boom comercial", afirma Junquera. "Nuestra batalla ha de ser otra: la de fomentar los viajes, el conocimiento entre las culturas y la tolerancia. Sólo así recuperaremos la auténtica magia, sin más aditivos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de julio de 2003