Leo atónito la entrevista a la ministra de Educación que publicó su diario el pasado sábado. Pregunta: "¿Qué pasará con los niños de familias de otras religiones como la musulmana o la judía?". Respuesta de Pilar del Castillo: "Hoy día, los esfuerzos se deben orientar sobre todo a facilitar a esos alumnos inmigrantes...". ¿No les parece asombroso que la práctica de una religión minoritaria entre los españoles convierta al creyente directamente en inmigrante?
Me pregunto si, por la misma regla de tres, la práctica de un deporte minoritario como el golf convierte a golfistas en turistas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de julio de 2003