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El Ejército israelí se retira de Belén y entrega su control a la policía palestina

Las tropas israelíes matan a tiros a un líder local de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa

Las campanas de la basílica de la Natividad anunciaron ayer la liberación de Belén. El Ejército israelí se retiró a primera hora de la tarde de la ciudad del Nacimiento, entregando el control de la urbe a la policía palestina. Aunque las tropas no se han ido totalmente, ya que han establecido un cordón de seguridad en el exterior de la población, el acontecimiento es significativo. Es un escalón más en la política de pequeños pasos hacia la paz, tal como está establecido en la Hoja de Ruta. Se especula que el siguiente peldaño será el repliegue del Ejército de Ramala y la liberación de 21 presos políticos palestinos.

No obstante, las noticias optimistas sobre el proceso de paz se vieron ensombrecidas pasada la medianoche cuando fuentes de la seguridad palestina informaron de la muerte a tiros por parte del Ejército israelí de un cabecilla local de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, organización palestina que se había sumado al alto el fuego. Mohamed Sawa, de 31 años, murió cuando varios soldados israelíes trataron de detenerlo en la localidad cisjordana de Calquiria.

"Seis veces hemos sido ocupados, seis veces hemos sido liberados durante estos dos últimos años", sentenciaba ayer con cierto escepticismo Hannan Naser, 62 años, alcalde de Belén, en el centro de la plaza del Pesebre, ante la basílica de la Natividad, mientras por la Puerta de la Humildad del templo aparecían vestidos de azul los primeros policías palestinos y por la calle de la Estrella avanzaba un todoterreno verde algo desvencijado a bordo del cual viajaban cuatro funcionarios de la Seguridad Preventiva.

A pesar de que eran las cuatro de la tarde, el reloj principal de la plaza continuaba marcando las once menos cuarto, la misma hora que marcaba el pasado 22 de noviembre cuando las tropas israelíes entraron por última vez en la ciudad, como represalia a un atentado perpetrado en Jerusalén por un suicida oriundo de Belén que se inmoló en un autobús, causando 11 muertos y decenas de heridos. Durante estos ocho meses la ciudad ha vivido sometida a un castigo colectivo, del que por fin logró zafarse ayer, gracias a la puesta en marcha de la Hoja de Ruta.

El despliegue de las fuerzas de seguridad palestina en todos los rincones de la ciudad de Belén y en las aldeas cercanas de Beit Sahur y Beit Jala fue acogida por la población con una ambigua mezcla de sentimientos: escepticismo y curiosidad. A duras penas los belenitas pueden olvidar que desde que se inició la Intifada han vivido esta situación en otras seis ocasiones, sin que ello haya supuesto un cambio importante en sus vidas. Pero además las fuerzas israelíes se encuentran desplegadas en el exterior de la urbe, configurando un cinturón de seguridad que la hace impenetrable. "Nada ha cambiado. Hoy es igual que ayer y será lo mismo mañana", insistía el alcalde Hannan Naser, traje gris oscuro, camisa beis y corbata azul marino, mientras trataba de dar la bienvenida a cada uno de los periodistas que inundaron ayer la ciudad. Naser aprovechaba cada uno de los encuentros para explicar al mundo compungido que su ciudad, la ciudad de todos los cristianos, continuaba castigada y sometida a un férreo asedio por parte de las tropas israelíes, que impiden el acceso a los peregrinos y estrangulan su economía.

La economía de Belén está maltrecha. El paro asciende a un 45% por ciento. Su infraestructura está devastada, con daños que superan los siete millones de euros. Todo ello sin contar los perjuicios causados por la construcción de un muro de cerca de cuatro kilómetros de longitud y ocho metros de altura, que los distancia aún más del mundo exterior. Además, la superficie de su municipio ha quedado reducida a un 80% porque los israelíes se han apropiado del 20% restante, empezando por el área de la Tumba de Raquel, un lugar de peregrinaje para judíos y musulmanes, y continuando con los olivares.

"Hoy mismo [por ayer] he hablado de todo esto con nuestro ministro de Seguridad, el coronel Mohamed Dahlan. Me ha escuchado en silencio. Luego me ha contestado con una sola palabra: paciencia. Tenemos que esperar. Sólo me quedan la fuerza de mis palabras y la prensa", concluye el alcalde, al tiempo que señala con el dedo los comercios cerrados, las calles vacías de turistas y a un grupo de niños desarrapados que tratan de arrancar a los pocos visitantes un puñado de monedas.

Aun así, Belén empezó ayer a recuperar su libertad. Es la política de pequeños pasos en el camino hacia la paz. Este frágil proceso podría consolidarse en las próximas horas con otras dos decisiones importantes: la liberación de otra ciudad simbólica, Ramala, capital palestina de Cisjordania, y la puesta en libertad de un primer grupo de 20 prisioneros políticos. [

Israel liberó anoche a ocho prisioneros palestinos recientemente detenidos en la zona de Hebrón y que se encontraban encarcelados sin juicio en Cisjordania, según señaló la radio pública israelí, informa France Presse].

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de julio de 2003