Tanto el presidente estadounidense, George W. Bush, como el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, reafirmaron ayer la voluntad de ambos países de mantener su presencia en Irak hasta la formación de un gobierno autónomo. "Lo importante es que comience el proceso y, pese a lo lento que pueda ser, hay una dinámica y el pueblo empieza a asumir la responsabilidad de su país", dijo Straw en una sorpresiva visita a Bagdad, donde se entrevistó con el administrador civil en Irak, Paul Bremer. El ministro británico llegó a la capital iraquí procedente de Basora, donde se reunió con el mando británico responsable del sur del país. "Pienso que veremos los comienzos de este proceso en un futuro no distante. Cuanto más rápido podamos establecer las instituciones iraquíes, mejor", subrayó.
Desde Washington, Bush descartó la posibilidad de abandonar Irak ante la oleada de violencia contra las tropas estadounidenses. "Hay gente allí que le gustaría que nos fuéramos, crean las condiciones para que nos pongamos nerviosos y decidamos irnos. No nos pondremos nerviosos", afirmó. El presidente arremetió contra los protagonistas de la creciente resistencia en Irak, que ayer acarreó la muerte de otro soldado estadounidense por las graves heridas recibidas el martes. Al menos 23
soldados de EE UU han fallecido por ataques desde que Bush declarara el fin de las hostilidades, el 1 de mayo. "Hay algunos que creen que las condiciones son tales que pueden atacarnos", dijo, "mi respuesta es tráiganlos a mí. Tenemos la fuerza necesaria para tratar con la situación". Otro soldado estadounidense murió ayer, y tres resultaron heridos, cuando realizaban labores de desminado en Kerbala, al sur de Bagdad.
El general John Abizaid, que asumirá el mando del Comando Central estadounidense la semana que viene, estudia el envío de más tropas a Irak, según afirmó un alto funcionario del Pentágono.
Por su parte, Straw destacó los esfuerzos de las tropas del Reino Unido en Basora para capturar a los responsables de la muerte de seis soldados británicos, cuyos cuerpos llegaron ayer al Reino Unido. "Esta acción contra la coalición no triunfará", afirmó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de julio de 2003