Veo en primera página la foto de Torres Hurtado, muy contento y feliz el día de su toma de posesión como alcalde de Granada, y leo debajo que se sube el sueldo un 20% como primera medida de su dedicación a la bella capital. Claro, esa cara no denota la felicidad de alguien que se va a dedicar a mejorar la vida de sus conciudadanos, denota otro tipo de felicidad, esa cara de quien va a vivir de lujo cuatro años a costa del contribuyente, con un sueldo digno de cualquier trabajador medio, símbolo de la austeridad que proclamaba este individuo. ¿Hasta cuándo vamos a tener que aguantar en la vida pública a tipos como éste, que ha engañado al pueblo de Granada de esta forma?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de julio de 2003