Los "embustes" de Juan Ramírez Sanabria, conocido como Chano Lobato y nacido en Cádiz hace 76 años, han quedado inmortalizados para siempre. Sus narraciones fantasiosas, sus historietas surrealistas y sus experiencias desternillantes, basadas en una vida dedicada al flamenco en los cinco continentes, están recogidos en el libro Chano Lobato: Memorias de Cádiz, que ayer presentaron sus autores, los periodistas también gaditanos Juan José Téllez y Juan Manuel Marqués Perales, en la Diputación gaditana.
Con todo, por encima de las memorias de Chano, sale a relucir su gran figura artística como cantaor consagrado de primer nivel que ha compartido escenarios con los grandes iconos flamencos del siglo XX, como Antonio El Bailarín, Manolo Caracol, Pastora Imperio, Manuela Varga, Camarón, Nano de Jerez, Rancapino o José Mercé, entre otros.
A Chano le habían propuesto en numerosas ocasiones que tenía que hacer un libro. Sus habilidosos desmarques se acabaron cuando el presidente de la Diputación de Cádiz, Rafael Román, y los autores de esta obra le convencieron en el homenaje que le tributaron hace cinco años en el Gran teatro Falla de Cádiz. Y Chano Lobato, considerado como el rey del compás y del cante atrás, accedió a contar sus mentirijillas. Pero Chano no se cansa de repetir que "pá embustes los de Pericón de Cádiz y del Ezpeleta, que mentía más que hablaba".
Los periodistas Téllez y Marqués ponen el acento en las dos cualidades de este libro. "El objetivo que teníamos y creemos haber conseguido es dejar escrita la vida de Chano como personaje, además de contar la historia del flamenco del siglo XX desde el punto de vista del último heredero directo de los grandes cantaores de Cádiz, porque él representa y ha bebido de las fuentes de los cantes de Cádiz", explica Marqués, quien destaca por encima de la "simpatía" que derrocha Chano, "su perfil como cantaor de primera fila y totalmente consagrado". "Lo ha demostrado por su profesionalidad y extraña longevidad después de estar muchos años escondido detrás de grandes cantaores y bailaores", añade.
De igual manera, se pronuncia Téllez, quien ensalza a Lobato como el representante de toda una generación perdida. "Es un libro para los amantes del flamenco y de Cádiz, pero, sobre todo, de la antropología porque es el testimonio oral de un vividor de una sociedad que ya no existe. Es el testimonio de una época que se fue. Este libro es un intento por rescatar del olvido esa sabiduría popular, esas señas de identidad y de vida de los flamencos de Cádiz", explica.
Así lo ratifica también Román. "Ya era hora de que recogiésemos en papel toda aquella sabiduría que nos traslada Chano con su peculiar manera de contar las cosas", afirma.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de julio de 2003