He tenido conocimiento a través de la prensa del denigrante espectáculo con los avestruces que se celebró en su municipio durante la fiesta mayor, e incluso he visto las lamentables imágenes. Parecía que los vecinos de L'Ampolla que se veían en dichas imágenes disfrutaban de la actividad, pero me permito recordarle que no todo está justificado ni permitido para pasar un buen rato.
Por el bien de su municipio y de sus habitantes, le pido que no permita que nunca más se celebre un espectáculo parecido, donde los seres humanos maltraten a los animales. No le debe de interesar propiciar la mala imagen de su municipio, y supongo que a sus vecinos tampoco.
Por ahora, L'Ampolla es un lugar destacado en la lista negra de las ciudades que han obligado a aprobar una ley de protección de los animales como la que hace unos días aprobó el Parlament. Pero nunca es tarde para rectificar. Dediquen su imaginación y sus esfuerzos a hacer de su ciudad un lugar respetuoso y civilizado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de julio de 2003