El pacto de gobierno 2003-2007 firmado públicamente entre el PSC, ERC e ICV en el Ayuntamiento de Girona, que permitió la investidura de la socialista Anna Pagans, quedó ayer en entredicho cuando la alcaldesa socialista, en una actuación que dejó "perplejos" a los republicanos, anunció que quedaba "congelado" en función de los pactos de Esquerra en el consejo comarcal. Pagans dio un ultimátum para que en un plazo de 12 horas -que finalizaba la pasada madrugada- los republicanos llegasen a un acuerdo con el PSC e Iniciativa en la formación de una mayoría de gobierno en el consejo comarcal. De lo contrario, podría romper unilateralmente un pacto que ella misma calificó ayer de "coherente".
Los republicanos sospechan que el PSC quiere represaliarles por haber pactado con Convergència i Unió en la Diputación de Girona y utiliza el presunto pacto en el consejo comarcal, un organismo devaluado y con escaso poder, como excusa para echarlos del gobierno y maquillar el incumplimiento del acuerdo.
Los socialistas firmaron el pacto tripartito municipal, en el que ya había acuerdo total sobre áreas, concejalías e incluso representación en consorcios y entidades, a pesar de que tenían suficiente con los votos de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) para formar mayoría. Los ecosocialistas respaldaron ayer la actitud de Pagans y parecen dispuestos a sostener un gobierno sin ERC. El portavoz de ICV, Joan Olóriz, consideró "incoherente" la postura de los republicanos
La alcaldesa aseguró que su actitud no puede definirse como una "amenaza" ni como un "cambio de cromos", sino como una "invitación a la reflexión". Pagans aseguró que decidirán el futuro del pacto en función de la actuación de ERC, aunque aventuró que "podría ser que ERC no estuviera en el gobierno del Ayuntamiento de Girona".
Coacciones y amenazas
Francesc Ferrer, concejal de ERC a cargo del área de Participación Ciudadana -siempre que el pacto siga adelante-, aseguró ayer con rotundidad: "No admitimos coacciones ni amenazas. Bajo amenazas no hacemos nada". ERC suspendió ayer todas las negociaciones sobre el consejo comarcal, que puede tardar todavía un mes en constituirse, y denunció que Pagans ha puesto los "intereses vergonzosos de su partido" por encima de la ciudad de Girona."Seríamos indignos si admitiéramos estas coacciones", añadió.
Los concejales republicanos aseguran que cuando el PSC les comunicó su decisión, el primer teniente de alcalde, Joan Manuel del Pozo, les aseguró que la grandeza de la política está en que se pueden incumplir los pactos. Los republicanos aseguran que, por dignidad, abandonaron la reunión. Ferrer recriminó a la alcaldesa que el pacto de gobierno se firmara delante de los medios de comunicación: "Son ellos quienes lo han roto, y ya está firmado. Una cosa firmada no se puede romper".
Además, Ferrer afirma que ERC ha respetado todos los puntos del pacto, en el que también incluyen el voto a favor de Pagans en la investidura, y están dispuestos a seguir adelante, "tapándose la nariz si hace falta", para no defraudar la confianza de sus votantes.
No obstante, los republicanos entienden que Pagans faltó a la verdad cuando, en el momento de empezar a negociar, les dijo que tenía plena autonomía y que los pactos en el Ayuntamiento de Girona no dependían de otros.
Ferrer bromeó ayer respecto a una llamada que interrumpió la reunión que mantenían con los socialistas. Según el concejal, Pagans "obedeció miméticamente las órdenes que recibió por teléfono". Al la pregunta de la prensa de si esa llamada podía ser de Joaquim Nadal, el portavoz socialista en el Parlament y ex alcalde de la ciudad, Ferrer lo admitió implícitamente al añadir que debía de ser "el Espíritu Santo que revolotea en el Ayuntamiento de Girona".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de julio de 2003