La semana que termina ha sido pródiga en acontecimientos en la familia de la casa real noruega, y tuvo su culminación ayer, viernes, cuando se anunció oficialmente que la princesa Mette-Marit está embarazada, y el nacimiento del vástago está previsto para enero del año próximo. El futuro padre, el príncipe heredero Haakon, rebosante de felicidad, anunció la buena nueva. El acontecimiento culmina una etapa en la azarosa vida de la pareja, que llegó a transformarse en una cuestión de Estado cuando hace tres años el príncipe Haakon hizo pública su relación con Mette-Marit, actualmente de 29 años de edad, una muchacha del pueblo con una juventud bastante turbulenta y un hijo de una relación anterior. Los reyes noruegos, Harald y Silvia, apoyaron la elección amorosa de su hijo y el pueblo se sumó mayoritariamente en apoyo de la pareja, en contra de una minoría que prefería abolir la monarquía antes de aceptar a la muchacha en la corte. El matrimonio, celebrado en agosto del 2001, significó el retorno a la normalidad, pero Mette-Marit no se libró nunca de su pasado. Se encargaron de recordárselo la prensa del corazón y hasta un libro. En los últimos meses la pareja había vivido en Londres, en parte para huir del asedio informativo. En su condición de futura madre, tal vez encuentre la princesa heredera una mayor benevolencia para sus errores juveniles.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de julio de 2003