En Esplugues de Llobregat tenemos un colegio público privilegiado, es lo que han dicho representantes de Enseñanza cuando hemos solicitado algún tipo de apoyo. ¿Somos privilegiados? Sí, efectivamente, y este privilegio es producto del compromiso de nuestra comunidad. Lo logramos día a día, gracias a un director trabajador y afectuoso, a quien reconocemos como el mayor promotor del privilegio rodeado de profesores, monitores, empleados y padres siempre dispuestos a dedicar tiempo y esfuerzos a cualquier actividad que beneficie al colegio, ya que esto influye en la formación integral de nuestros hijos. Las decisiones gubernamentales sin tener en cuenta estas importantes actuaciones no favorecen nuestro trabajo y, aún peor, atentan contra la estabilidad conseguida.
El aumento de la inmigración genera la necesidad de incrementar el número de profesores para enseñar catalán, pero no sólo los inmigrantes lo estudian, sino todos los niños del colegio. Así que no encontramos adecuado que decidan llevarse a una profesora, que para nosotros es mucho más que una transmisora del catalán, a otro colegio con mayor número de inmigrantes. ¿Acaso no existen personas preparadas para ello y posiblemente en el paro?
Si 300 firmas, visitas, reuniones, entrevistas, solicitudes, súplicas, no sirven... ¿Qué debemos hacer?-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de julio de 2003