Acabo de comprarme un piso en Barcelona, lo que va a costarme un grandísimo esfuerzo durante los próximos 30 años de mi vida. La sorpresa ha sido al solicitar las ayudas para que los jóvenes accedan a su primera vivienda que tan a los cuatro vientos anuncia el Ministerio de Fomento.
Un requisito básico es que el precio del m2 en Barcelona no sobrepase los 1.389,57 euros. Es decir, que para poder solicitarlas un piso de 50 m2 no puede valer mas de 11,5 millones de pesetas, cosa absolutamente impensable en mi ciudad.
Parece que a esas ayudas sólo podrán acceder personas que vivan en Albacete, en Ciudad Real o en Cáceres, por poner un ejemplo. Y yo, en Barcelona, pago los mismos impuestos, o quizá más, que cualquier otro ciudadano español. Así pues, ¿por qué a mí se me discrimina doblemente, por un lado con el precio de una vivienda y por otro por la imposibilidad de recibir ayudas gubernamentales?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de julio de 2003