Bancos y sindicatos tienen serias dudas sobre la efectividad del plan propuesto por los responsables de Fiat para aliviar los males del grupo, el primero del sector industrial en Italia.
Pese al respaldo del Gobierno a la reestructuración, algunas entidades se resisten a conceder nuevos créditos y a renegociar los 3.000 millones de euros concedidos el año pasado. Si no hay acuerdo, la banca pasará a ser la mayor accionista del grupo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de julio de 2003