Parece ser que con la nueva ley de enseñanza vamos a tener religión tanto si queremos estudiarla como si no queremos.
Se aduce que es necesario tener una visión histórica de las religiones, pero ¿acaso en Historia no se estudian el islam, el judaísmo y el cristianismo?
¿Qué sentido tiene que teniendo el fracaso escolar más alto de Europa se quiten horas de clase a otras asignaturas para añadirlas a la religión? ¿Por qué hay que tener profesores de Religión Católica pagados con el dinero de todos pero escogidos por la Conferencia Episcopal y encima subvencionar la enseñanza privada religiosa? ¿Por qué si en el impuesto de la renta sólo el 27% marca la casilla de la Iglesia católica el Estado pone la diferencia y encima la incrementa cada año? ¿Qué pasó con los dineros del Domund que a través de la crisis de Gescartera se descubrió que estaban invertidos en la Bolsa? ¿En qué país de Europa la Iglesia católica tiene estos privilegios? ¿Cuándo se revisará la financiación de la Iglesia católica?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de julio de 2003