Las elecciones legislativas del domingo en México concluyeron con un fuerte batacazo del presidente Vicente Fox. Su Partido de Acción Nacional (PAN) pasará de 205 diputados -la Cámara tiene 500 escaños- a un máximo de 158. El Partido Revolucionario Institucional (PRI), que perdió hace tres años la presidencia, ha aumentado su mayoría relativa en la Cámara de 208 diputados a un máximo de 227. También el Partido de la Revolución Democrática (PRD) experimentó un notable ascenso y casi duplicó sus 52 escaños. En este descalabro de Fox, que compromete seriamente su programa de reformas -ya estancado-, la abstención alcanzó el 60% del electorado: de los 64,7 millones de mexicanos inscritos en el censo, sólo votaron 26,5 millones.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de julio de 2003