Los especialistas españoles dudan de que la separación de las siamesas iraníes sea viable. El principal obstáculo lo ven en la altísima complejidad que plantea la separacion de dos siamesas adultas unidas por el cráneo desde hace 29 años y que comparten una vena cerebral.
"Pueden salir adelante, pero lo veo muy difícil. La intervención no tiene muchas posibilidades de éxito", afirma Antonio Hernández Orgaz, jefe de la sección de Cirugía Pediátrica del hospital infantil Virgen del Rocío de Sevilla. Hernández Orgaz separó con éxito en noviembre pasado, junto a otros 25 médicos, a dos siamesas gaditanas unidas por un tercio de su abdomen. Las hermanas tenían una semana de vida. Según él, la capacidad de adaptación a los cambios de los adultos es mucho menor que la de los niños y eso complica el caso de las iraníes.
Antonio Gómez Sierra, neurocirujano del hospital madrileño La Paz, es terminante: "El riesgo de muerte de una o ambas es real. Hay un 50% de posibilidades de fracaso".
Gómez Sierra integró el equipo que en 2001 separó a las siamesas marroquíes Fátima y Amina, unidas por la cadera. Para él, este caso es "más complejo quirúrgica y éticamente". Los médicos pueden tener que "optar por salvar sólo a una de las dos." Esa decisión, afirma, suele tomarse antes de entrar al quirófano y debe comunicarse a los pacientes.
Ambos médicoscoinciden en que si sobreviven, Ladan y Laleh tendrán que dar otra batalla: la del tratamiento psicológico, para aprender a vivir separadas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de julio de 2003